This is Sydney! (Sídney para los amigos)

Dejamos atrás las Blue Montains directos a la gran city. Como teníamos ganas de playita y solecito rico, fuimos directos a la playa más famosa de Sídney: ¡Bondi Beach! 

Estaba plagada de gente joven, deportistas y surfers. En un lado de la playa había un dj pinchando música y montones de chavales tirados en el césped tomando algo... ¡se les veía sufrir! ;) 

Lo primero que nos sorprendió de Sídney fue la amplitud de su área metropolitana. Tardamos aproximadamente 45 minutos en llegar al hotel, en King Cross, un barrio muy peculiar (de lo más movidito de Sídney). Hemos decidido dormir en hotel cuando visitemos alguna ciudad grande en Australia, ya que buscar un sitio para pasar la noche en la furgo no es nada fácil (bsños, aparcamiento, etc). Y además el precio en un albergue para dos es igual que el de un hotel sencillito.

En la recepción del hotel tuvimos la suerte de conocer a Archie, un chico inglés. Una de esas personas que agradeces encontrar cuando llegas a un sitio nuevo. Se acercó a nosotros en cuanto abrimos la boca y se dio cuenta de que éramos españoles. Había vivido en España unos cuantos años, pero casi no hablaba castellano y lo poco que decía lo procunciaba con un acento andalú de los buenos... ¡un cachondeo! ¡¡Terminamos yéndonos con él de vinos!!. Gracias a él conocimos la variopinta vida nocturna de Sídney. Esa noche cayeron muchas risas...

A la mañana siguente, desayunamos de lo lindo en la habitación del hotel y nos pusimos en marcha, con muchas ganas de conocer la ciudad. 

Nuestro primer objetivo era conocer la Opera House y, para ello, tuvimos que atravesar los Royal Botanic Gardens, unos jardines inmensos plagados de flora y fauna, nueva para nosotros. ¡Fue un paseo muy agradable! Además, coincidimos con la feria del tomate y siendo conscientes de lo caro que es todo aquí, aprovechamos para catar alguno que otro :) 

Para ser sincera, cuando llegamos a la Ópera, nos desilusionamos un poco. No debimos acceder por el lado correcto, ya que estaba en obras, pero fue algo pasajero, porque cuando nos acercamos al edificio todo cambió. Resulta llamativo que una construcción tan moderna fuera construida en 1958.

Una vez pateada la Ópera y habiendo sacado miles de fotos, seguimos con el recorrido. Fuimos directos a The Rocks, el barrio con más renombre de Sídney, donde nos sentamos a tomar algo en una terracita soleada que nos enamoró al verla (los precios también ayudaron). 

Después y con las pilas cargadas, nos acercamos al Harbour Bridge, un puente de enorme tamaño que une el Central Business District con el barrio financiero del norte de la ciudad, para obtener, sin duda, la mejor vista de la Opera. 

Continuamos nuestro paseo por el Parque del Observatorio, con mezcla de ganas de hacer el ganso y relajarnos.

Aprovechamos la tarde para caminar por el paseo marítimo de Darling Harbour. 

Paseamos por las galerías del Queen Victoria Building. 

Y nos pateamos las principales calles comerciales del centro.

Decidimos ir al hotel a darnos una ducha, coger alguna chaquetica y volver al centro, ya que celebraban la entrada del año nuevo chino con una cabalgata por el centro de Sídney... ¡no nos lo podíamos perder!

De camino al hotel nos encontramos con la anglicana St Andrew's Cathedral, que nos llamó  mucho la atención, ya que en un país tan nuevo como éste no se suelen ver edificios de un estilo tan clásico. 

                           

Una vez limpitos y con las pilas recargadas tras una merienda rica preparada en el hotel, fuimos de nuevo a George Street ¡para celebrar el año del caballo! (año de fortunas, dicen...).

Nos quedamos boquiabiertos con la cantidad de asiáticos que residen en Sídney. ¡Alucinante! 

¿¿En qué país estamos??

¡Y qué mejor manera de celebrar dicho acontecimiento que cenar en un restaurante chino! ¡¡lico lico!! 

Nota mental: jamás pedir en un restaurante asiático un plato picante... ¡nos ardía la boca! 

Y después de la cenita directos al hotel, ¡estábamos molidos! 

Cuando amanecimos al día siguiente, fuimos a la bella bahía de Rushcutters, situada a 5 minutos a pie de King Cross, pudiendo conocer de camino la Nalamein Fountain, una fuente muy cuca.

Como colofón final visitamos Newtown, un barrio alternativo de univeritarios situado al sur de la ciudad.

Su principal calle, King Street, estaba plagada de restaurantes de comida asiática con precios muyyyyy asequibles (siempre teniendo en cuenta donde estamos). No pudimos resistirnos y ¡nos comimos un Pad Thai bien rico! Toda una delicia para nuestros paladares.

Después de saborear ese momentazo cogimos nuestra querida furgo y pusimos rumbo a Cronulla. Un pueblecito vecino a Sydney. 

- ANÉCDOTA 1:

¿¿¡¡Qué **** hace un tipo con una bolsa del Mercadona en Sídney!!??

- ANÉCDOTA 2:

Cuando en los autobuses urbanos de Sídney pone 'NO ACCEDER AL AUTOBÚS A TRAVÉS DE LA VENTANA', por algo será... ;)

¡¡SEGUIREMOS INFORMANDO!!