Abandonamos la isla sur con muy buen sabor de boca y con muchas ganas de conocer la norte. Nada más poner el pie en la capital, Wellington, nos dimos cuenta de la diferencia que hay entre las dos islas: edificios altos, tráfico en las calles y gente, mucha gente. ¡Habíamos vuelto a la civilización!
Si Wellington ya nos gustó de noche, de día todavía más. Descubrimos rincones muy chulos, visitamos el Museo Nacional Te Papa y fuimos unos turistas más, retratando esculturas simbólicas. Hasta pudimos darnos una ducha con agua caliente en unas duchas GRATUITAS que había escondidas en el centro. ¡Qué maravilla!
Nos ha encantado pasar estos días aquí. Es una ciudad moderna y muy agradable. Además nos recuerda a Bilbao. ¡Porque no tiene los pinchos que encuentras en Bilbao, que si no nos quedábamos! ;)
A mitad de tarde dejamos la capital para dirigirnos al Parque Nacional Tongariro, para hacer una de las caminatas que más ilusión nos hacía: la Tongariro Alpine Crossing.
Paramos antes en Whanganui, un agradable pueblo con una maravilloso (gratis) parque donde pasamos la noche.
De camino, seguimos encontrándonos con paisajes de postal y curiosidades sin sentido.
Estábamos un poco preocupados porque la previsión del tiempo no era muy esperanzadora, pero aún así seguimos con la idea de hacer la caminata fuera como fuera. Es lo que pasa cuando se junta un leonés con una mañica. Cuando algo se nos mete en la cabeza hay que hacerlo. :)
El Parque Nacional Tongariro es el parque nacional mas antiguo de Nueva Zelanda. Alberga tres montañas volcánicas activas: Ruapehu, Ngauruhoe y Tongariro. Además es muy famoso porque Peter Jackson lo eligió como escenario para rodar Mordor, de El Señor de los Anillos.
A las 7.30 estábamos a los pies del monte Tongariro con las pilas cargadas y dispuestos a recorrer los 16 km de trayecto que nos esperaban.
Teníamos la opción de dejar la furgoneta en un parking y caminar hasta el otro parking atravesando las montañas, pero preferimos subir hasta la cima y ver el lago Esmeralda. Después volveríamos por donde habíamos llegado.
Teníamos la opción de dejar la furgoneta en un parking y caminar hasta el otro parking atravesando las montañas, pero preferimos subir hasta la cima y ver el lago Esmeralda. Después volveríamos por donde habíamos llegado.
Cuando llegamos al aparcamiento, nos encontramos con un nubarrón que cubría prácticamente toda la montaña ¡Shit! Pero no nos importó. Cogimos el chubasquero y todas las prendas de abrigo que teníamos y empezamos a andar entre dos montes: el Tongariro y el Ngauruhoe.
La visibilidad fue empeorando conforme ascendíamos.
Cuando llegamos a la cima empezó a llover, había mucho viento, frío y niebla... Vamos, que no vimos prácticamente nada. Nos sentimos como si estuviéramos en el mismísimo Mordor. ;)
Regresamos a la furgo, comimos mientras recuperábamos el calor y pusimos rumbo a Taupo, el lago más grande del país.
Visitamos una zona de aguas termales GRATIS próximas al río, donde nos dimos unos ricos baños. Lo disfrutamos de lo lindo. :)
Continuamos con la visita planeada y llegamos a los 'cráteres de la luna'. Nos sorprendió gratamente. Era la primera zona con actividad geotérmica que visitábamos.
Y por fin llegó el atardecer. Buscamos un sitio para ver el eclipse lunar (luna de sangre), un efecto que sólo se ha dado en 4 ocasiones desde el año 1 d.C. y que en estos años se producirá en cuatro nuevas ocasiones y que consiste en el color rojo que adquiere la luna.
Nos habíamos informado y Nueva Zelanda era uno de los mejores sitios para verlo. Pero una vez más el tiempo no nos ayudó mucho y puso una nube enorme encima de nosotros. :(
Sólo se empezó a ver cuando el 'efecto rojo' había pasado. Una rabiaaaa...
Nos habíamos informado y Nueva Zelanda era uno de los mejores sitios para verlo. Pero una vez más el tiempo no nos ayudó mucho y puso una nube enorme encima de nosotros. :(
Sólo se empezó a ver cuando el 'efecto rojo' había pasado. Una rabiaaaa...
De no ser por la dichosa nube, habríamos visto esto:
Después de la experiencia con los aborígenes en Australia, queríamos conocer la cultura Maorí a fondo así que fuimos a un centro cultural Maorí: Te Puia.
Nos sentimos un poco borregos, ya que había demasiado turista, pero conseguimos acercarnos un poco más a sus raíces. Vimos cómo vivían y trabajaban la madera. Además bailaron la Haka, la danza de guerra maorí, famosa porque los All Blacks la bailan antes de empezar cada partido de Rugby.
También disfrutamos mojándonos bajo el géiser natural del parque y descubriendo, por fin, cómo era un kiwi (el animal).
Nos despedimos de Rotorua para seguir camino. ¿Seguirá oliendo a huevo duro nuestro próximo destino?
¡Seguiremos informando!
★★★ BESICOS Y BESINES ★★★
En Bilbao sitio tenéis para cuando esteis de vuelta... ;)))
ResponderEliminarGracias Alvarín!! No sufras, que Bilbao siempre toca en nuestra ruta, así que no os libráis de nosotros!! jajajaja... ;)
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