lunes, 21 de abril de 2014

El norte de la norte

Dejamos atrás las piscinas de barro, para ir en búsqueda de otra un poquito más grande y salada. Teníamos ganas de pisar playa, así que fuimos directos a Hot Water Beach, situada en la costa este de la península de Coromandel.

Recibe este nombre porque si cavas un agujero durante las dos horas de marea baja, encuentras agua caliente. Esto es debido a las aguas termales subterráneas que se filtran a través de la arena entre el cambio de mareas. 

Es alucinante, porque durante dos horas una zona de la playa se llena de gente con palas, cavando mini piscinas privadas. 

Hay que tener cuidadín con el agua, ¡¡porque te puedes quemar los pies!!






A un paso de Hot Water Beach, queda Cathedral Cove. Hay un buen paseo hasta que llegas a la cueva, pero sólo por las vistas vale la pena el esfuerzo.







El sitio es bonito, pero de alguna manera nos recordaba a la playa de las Catedrales y contra esa (nuestra) playa, no tiene nada que hacer. :)







Para llegar al siguiente destino, nos tocaba atravesar la península de Coromandel y lo hicimos (siguiendo las recomendaciones de Elena C) a través de la carretera 309.

Pese a que la carretera era muy mala, las vistas que nos acompañaban eran espectaculares. 







Hicimos una visita fugaz a Coromandel y sus alrededores y seguimos hasta Auckland. 
  






Pese a que llegaríamos de noche, decidimos seguir hasta Auckland esa misma tarde.

Estuvimos en Auckland dos días, tiempo suficiente para conocer la ciudad.

Pese a que nos gustó, la verdad es que nos esperábamos más. Es una ciudad grande y moderna, pero no encontramos la vidilla que se le presupone a una ciudad con tanto renombre. Wellington, sin duda, nos resultó más atractiva. 

¡Pero no lo pasamos mal, eh!

  



















Para darle sabor y aprovechando que estábamos en el puerto (Auckland es la ciudad con la media más alta de barcos por habitante del mundo), nos tomamos una buenas cervezas en una de las terrazas de la marina.









Llegó el día de despedirnos de la furgo y como homenaje, nos fuimos a dar el último paseo hasta Piha, un pueblo situado en la costa oeste, famosa por sus playas de arena negra y por ser un destino surfero. 

El tiempo no estuvo de nuestro lado, pero aún así nos pareció que valió la pena acercarnos hasta allí.









Nos despedimos de la furgo y volvimos a Auckland para disfrutar nuestra última noche en Nueva Zelanda.

Llevábamos gran parte del viaje leyendo, investigando y persiguiendo una cerveza artesanal kiwi que la catalogaban como imprescindible: 8 wired - Hopwired IPA. No fue fácil, pero al final la encontramos en una cervecería cercana a nuestro albergue. ¡La única de la ciudad que la tenía! 

¡Lo vimos claro! Con ella brindaríamos por los 28 días vividos en Nueva Zelanda.


¡Estaba buenísima!


Y así pusimos punto final a nuestra estancia en Aotearoa. 

Será difícil volver a encontrar un país que defina tan bien la denominación de 'paraíso natural' y despierte tantos 'ooooooh' en nosotros. :)

Y ahora, empieza nuestro periplo asiático... ¡A ver qué tal se nos da!

Seguiremos informando.

★★★ BESICOS Y BESINES ★★★

2 comentarios:

  1. Arrribaaaaa esos calamares. ..living la vida loca. ...jodo camión se os quiere un montón

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  2. Santiaguín!! Se me pasaba tu comentario! Que me he liado, macho... Jajaja... Viviendo... viviendo andamos!! :) Tengo ganas de verte y contarte con allioli la experiencia. Jodo petaca, se te quiere de traca! Jajajaja...
    Abrazucooooos!!!!

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