lunes, 28 de abril de 2014

Entrada en Asia por la puerta... CARA.

Nuestra entrada en Asia fue muy fácil (y nada barata), ya que nuestra primera parada fue Singapur.

Para muchos es la ciudad asiática perfecta. Todo se va haciendo, desde su independencia, con lógica, orden y limpieza, alejado del caos que impera en el resto de los países vecinos, pero claro, el precio de hacer vida allí también supone un mayor esfuerzo económico y ha acabado convirtiéndose en una de las ciudades más caras del mundo. 












  





Es una ciudad con una gran mezcla de culturas repartidas por sus diferentes barrios, que te hacen sentir que cambias de ciudad (y casi de país) según donde te muevas.

Visitamos el barrio indio:



  




Visitamos el barrio árabe:

   





Y cómo no, el más común e influyente de todos, que es el barrio chino:

   








Por lo demás, destacar que este mini país destaca por haberse convertido en un importante centro de negocios, debido a sus ventajas fiscales, por lo que a todas horas ves trabajadores moviéndose entre los altos edificios de oficinas que pueblan el centro financiero. Y también, se les ve al salir de trabajar, disfrutando de unas buenas cervezas poblando las terrazas.



Pese a que la oficina de turismo singapurense decidió crear y establecer como icono turístico esta escultura de un león-sireno,



la realidad es que el edificio que tiene en frente desde 2009 y con forma de barco, proyecto firmado por el hebreo Moshe Safdie y correspondiente al hotel Marina Bay Sands (propiedad del magnate/mangante de los casinos, el mismo que iba a hacer Eurovegas en Madrid), le ha ganado la partida como imagen icónica de la ciudad. También destaca la Marina que la envuelve.


Algo que nos encantó fue pasear y recorrer los Gardens by the Bay, futuristas jardines que impactan tanto de día como de noche.








También nos alejamos del centro ciudad para ir a conocer los jardines chinos y japoneses. Al salir del metro y de camino a éstos, nos encontramos de sopetón con la comunidad india aprovechando unas grandes explanadas para practicar su deporte favorito: el críquet.




Siendo los únicos blancos del lugar y blanco de todas las miradas (valga la redundancia), nos recorrimos los jardines de cabo a rabo. Fue una buena experiencia.


 



  
Para terminar, decir que sobrevivimos comiendo en los comedores (food courts) donde comen los locales para no pagar auténticas barbaridades, como sí hacen los occidentales residentes y los turistas. Es la mejor manera de comer comida local, realmente buena y encima por cuatro perras. ¿Qué más se podía pedir? 





Y por último, decir que alguna cerveza cayó en algún sitio especial gracias a las recomendaciones del gran Póliz, que nos recomendó (entre muchas opciones) ir a Level 33, una cervecería que fabrica sus propias cervezas artesanales allí mismo; en el piso 33 de un gigante edificio con vistas a la marina.



Más alguna otra que nos sacamos de la chistera en algunos sitios también particulares. Eso sí, a precio de uffffff.



 

Y con esto, un bizcocho y más anecdotas y recuerdos que nos guardamos para contarlas en otros momentos, nos despedimos de Singapur.

¡Malasia espera!

★ ★ ★ BESINES & BESICOS ★ ★ ★

4 comentarios:

  1. que pasada de ciudad!! empezais el recorrido del continente que más me llama la atención!! comed mucho arroz chino, ramen y udon!!! mil besines!

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    1. Teresilla!! Pues aquí andamos, exprimiéndolo. Por lo del arroz, tranqui, que itra cosa no sé, pero de arroz vamos servidos! Toooodos los días!! Jajaja... Besines!

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  2. oye menudas fotazas!
    Podeis ser viajeros y fotografos profesionales!!!!
    Besos desde Alemania!

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    1. Jajajaja... Gracias Teresa! Hacemos lo que se puede!! Qué pena que en algunas de las siguientes entradas no podamos disponer de ellas. Muchos besotes desde Laos!

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